miércoles, 21 de noviembre de 2007

Ser mamá sola

Hoy en día son muchas las mujeres que deciden enfrentar su embarazo y asumir la maternidad solas. Claro que no es algo sencillo y suele acarrear grandes dudas, angustias y sentimientos de culpa.
Pero es posible salir adelante.

El gran miedo es saber si van a ser, como madres, lo suficientemente buenas, porque falta un padre para ese hijo. Sienten culpa por ello, más allá que hayan elegido esta situación.
Muchas veces las mamás que están solas creen que tienen que ser “súper-mamás” y cumplir los dos roles: el de mamá y el de papá. Pero esto es una utopía, nadie puede cumplir dos roles al mismo tiempo, porque son dos funciones bien diferenciadas que apuntan a dos lugares bien distintos en relación a la estructuración psíquica del niño. Hay funciones típicas del papá que una mamá sola sí va a poder encarar. Pero no todas. Es bueno saber cuáles son las posibilidades reales para no autoexigirse tanto. Tomando conciencia de esta dificultad, una madre puede tranquilizarse ella y trasmitírselo al niño.

Siempre hay un papá
Además hay algo fundamental: la transmisión de la idea de un padre en un hijo siempre existe. Porque toda mujer tiene el registro de la existencia de un padre. Hasta de manera inconsciente, a través de lo que se denomina “mito familiar”, formado tanto por lo dicho, como por lo no dicho, por lo esperado, lo deseado. Por el lugar que viene a ocupar ese niño, no sólo en la madre sino en la familia. Más allá de que no esté cubierto este rol en la realidad, siempre la madre porta en sí misma la función de un padre. Es importante saber esto porque ayuda mucho a la mamá que cree que su hijo no va a tener la imagen de un hombre, y calma la ansiedad y la culpa que siente por esta situación.

Preguntas difíciles
Sería conveniente que la mamá esté preparada para responder lo que en el futuro su hijo le pueda preguntar, para que no la tome por sorpresa, (aunque siempre va a haber preguntas que la van a descolocar respecto a la paternidad.) No mentir es un punto crucial, por más cruel y dura que sea la verdad. Siempre hay maneras de decir las cosas. Se le puede explicar que ese papá, por diferentes motivos, no pudo, no supo, o las circustancias que rodearon la concepción lo llevaron a no poder hacerse cargo de su paternidad.
La trasmisión de estos hechos más el cariño y el amor que la madre le brinde a su hijo, generará en él seguridad y confianza. Las madres que están solas tienen tendencia a sobreproteger a los hijos y esto no es bueno porque en algún momento estos chicos van a tener que ir al jardín y toparse con la realidad, con compañeritos que, sin quererlo, pueden ser muy crueles. Por ese motivo es importante explicar las cosas lo más claramente posible.

La madre muchas veces tiene que elaborar toda esta situación mediante una terapia personal, quizás antes de tener al bebé o después. También puede ser muy útil buscar ayuda en la familia o en los amigos. Ayuda que puede ser afectiva, emocional o económica... porque estar sola con un hijo se puede tornar difícil.
Los modelos de familia hoy cambiaron mucho, cada vez son más comunes las “familias ensambladas o monoparentales”. Todas son igualmente válidas y es bueno que el niño lo sepa. Lo importante es el afecto.

Otro error de las madres solas es creer que sus hijos no tienen que sufrir o sentir frustraciones porque ya sufren demasiado al no tener un papá. Pero también deberían pensar que no se sufre por algo que nunca se tuvo, aunque sientan que les “falta” algo. En realidad el sentimiento de “falta” es de ellas mismas. Con esta idea muchas veces evitan ponerle límites y se tornan permisivas con el niño.

También creen que tienen que trabajar por dos, funcionar por dos, cumplir los dos roles y esto no es posible. El rol materno y paterno no tienen que ver necesariamente con la convivencia de los padres. La función del padre puede ser cumplida y ejercida de diferente manera, dependiendo de cómo se actúa, se decide, se educa, se comprende, se ama, en relación al niño.Así como una de las funciones del rol paterno es poner límites, otra es la de la socialización. Es necesario que alguien que la mamá autorice cumpla dicha función. Un abuelo, un tío, un amigo pueden hacerlo. Que separe a la madre del niño. A veces esta función la asume alguien espontáneamente y otras es necesario conversarlo.

Lo importante, en conclusión, es siempre analizar cada momento y prepararse para vivirlo; aunque nunca será tal cual lo planificado.Es bueno que la mamá tenga una contención; alguien que la escuche y ayude a pensar, para no volcarle inseguridades a su hijo. El pequeño crecerá mentalmente sano sabiendo que fue concebido por el amor de su mamá, y que cuenta con ella porque se siente querido y seguro a su lado.

• Lic. Analía Mitar
Psicóloga
Fuente