martes, 22 de abril de 2008

Tener hijos no es impedimento para volverse a enamorar

¿Quieres volver a amar tras una separación y los miedos no te dejan hacerlo? En estos relatos, mujeres plantean sus situaciones y una experta aconseja qué debes tener en cuenta para realizar tus deseos.

Existe un conflicto profundo en aquellas mujeres que teniendo hijos, quieren rehacer su vida y encontrar nuevamente una pareja.

Junto a esta necesidad, coexisten muchos miedos: escoger al hombre idóneo no sólo para ser pareja sino que como padre, volver a ser lo suficientemente atractiva “pese” a tener niños o no volver a cometer los mismos errores que te lleven a un mismo fracaso.

“Familias reensambladas” la llama nuestra experta, Pamela Verdugo, a aquellas que se conforman cuando una persona, tras un fracaso matrimonial, intenta hacer de nuevo familia con sus hijos y una nueva pareja.

Para ello, es necesario hacer un buen proceso y tener en cuenta varios aspectos que nuestras usuarias se preguntan y que la psicóloga clínica aconseja.

¿Qué hacer?

La psicóloga clínica y terapeuta familiar y de parejas, Pamela Verdugo explica que para hacer un sano proceso de reensamblamiento de una nueva familia hay que tener en cuenta:

Lo primero que debe hacer una mujer que quiere volver a rehacer su vida es pasar por un proceso de duelo por la familia que no fue, de los padres e hijos que no se quedaron juntos. No es lo mismo el duelo de la relación, es el de la idea de familia que no resultó. Este duelo es fundamental para evitar los miedos futuros.

Tras un proceso de separación la mujer queda sancionada socialmente para establecer un nuevo vínculo de pareja, y también se crea una sanción interna, se critica y sanciona íntimamente.

Es muy posible que ella siga muy enojada con los hombres y eso dificulta el proceso de ensamble para disponerse a formar una familia. Hay que mirarse profundamente: dejar el pasado atrás y no sancionarse.

Hay que evitar crear expectativas muy altas, como por ejemplo esperar que la nueva pareja sea también un padre para los hijos.

Esto no puede ser, porque los hijos ya tienen uno y a este hombre no se le puede pedir que asuma un rol que no le corresponde. A lo más uno puede aspirar a que éste hombre se comporte como un adulto, pero no como un padre.

Para las personas que ya han vivido un proceso de separación está muy latente el fracaso. Hay que pensar que hay que explorar otra forma de hacer familia, porque la que no resultó tiene defectos que no se pueden volver a repetir.

Es importante valorar las nuevas cosas que surgen tras este reensamble: por ejemplo, la nueva pareja podrá contar con espacios solos, ya que los niños podrían irse con su padre, dejando un espacio nuevo con la pareja.

Si los hijos demandan excesivamente es porque de una u otra forma la madre no tiene resueltos sus conflictos. De madres aprensivas, hijos demandantes.

Desde | Terra Chile