Peggy Drexler, autora del libro "Criar niños sin hombres", señaló que su estudio demuestra que la moralidad y masculinidad de un niño pueden cultivarse sin que un padre conviva con él.
La sicóloga estadounidense Peggy Drexler aseguró que la presencia de una figura paterna no es imprescindible para el pleno desarrollo de un niño varón, todo esto basado en una investigación que realizó por más de 10 años.
La autora de "Raising boys without men" (Criar niños sin hombres), que saldrá publicado en edición de bolsillo en octubre tras el éxito -no exento de polémica- de la versión de tapa dura, siguió por una década a más de 60 familias, 30 de ellas madres solteras por voluntad propia.
Sus conclusiones contradicen las de muchos sociólogos, grupos religiosos y expertos de toda clase y condición.
Drexler dice que su estudio demuestra que la moralidad y masculinidad de un niño pueden cultivarse sin necesidad de que un padre conviva con él.
Los niños del libro -"mis niños", como los llama Drexler después de haber compartido con ellos fines de semana, vacaciones y de haber ido incluso a recogerlos al colegio- poseen, según la autora, una mezcla de saludable agresividad y empatía que no observó en todos los hijos de familias con madre y padre.
La sicóloga que reside en Manhattan cree que las madres de su libro tienen la oportunidad de crear un tipo diferente de hombre, fuertes y sensibles capaces de entender que las emociones son normales y valiosas.
La experta señala que existe un grupo en Estados Unidos muy ruidoso que deifica la familia tradicional pero, según dijo, "lo que cuenta es la calidad de la crianza de los hijos, no el número o el sexo de los padres".
"Las veces que un padre (madre y/o padre) cena con sus hijos es un mejor indicativo de cómo serán de mayores que el número o sexo de los padres en la mesa", apuntó.
Drexler precisó, sin embargo, que las protagonistas de "Criar niños sin hombres" son mujeres educadas, de ingresos estables, mayores que la media de madres e informadas sobre cómo criar a un pequeño.
La profesora de sicología de la Universidad Cornell en Nueva York ha tenido que soportar todo tipo de acusaciones por sus desafiantes premisas, hasta el punto que llegó a consultar a una compañía de seguridad por la dureza de algunos correos electrónicos recibidos.
Hubo quien la invitó a emigrar a Europa y quien la tachó de "abominable" y de odiar a los hombres y promocionar la causa gay.
Pero esta madre de dos hijos -una niña de 12 años y un joven de 26- casada desde hace 36 años con el mismo hombre, dice que sus móviles fueron bien distintos a los del odio al sexo opuesto.
"Existe la percepción en Estados Unidos de que la mayoría de los niños estadounidenses crecen en un hogar con un padre y una madre casados, pero en realidad menos del 23 por ciento de los hogares están dentro de esa categoría", recordó la profesora universitaria.
Según las últimas cifras del censo hay además unos ocho millones de mujeres que crían a hijos solas y al menos otras 100.000 familias que tienen dos madres lesbianas.
La sicóloga señala que "el criar a un hijo sola es difícil para cualquier mujer, pero existe una preocupación especial en el caso de las madres con niños varones".
Lo que quiso comprobar Drexler fue si esa preocupación era justificada.
"Existe la percepción de que un niño necesita un hombre en la habitación de la madre para convertirse en hombre y quería ver si ese era el caso, ya que el número de madres solteras o divorciadas ha aumentado desde los tres millones en 1970 a unos ocho millones en la actualidad", dijo la profesional.
La experta puntualiza que "los hombres son muy importantes para los niños (...) pero lo que no encuentran en casa pueden descubrirlo en la sociedad a su alrededor".
"Hay un montón de modelos, buenos y malos, en la escuela, en las áreas de juego, en los libros y en la televisión que un niño puede descubrir. Ninguna familia puede ofrecer todos los modelos", concluye la ssicóloga neoyorquina, quien pese a las críticas también ha encontrado partidarios.
Entre los que se han puesto en contacto con ella tras la publicación del libro figura la madre del ciclista estadounidense Lance Armstrong, que crió sola a su ahora famoso hijo. (EFE)
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