domingo, 2 de marzo de 2008

Madres solteras o mamás solas


Personalmente prefiero hablar de madres solas. El calificativo de "madre soltera" está cargado de prejuicios y pienso que al hablar de "madres solas" somos muchas más las que nos podemos identificar y reconocer, ya que el mundo no se divide entre madres casadas y solteras, ni las cosas son siempre tan blancas y tan negras. Entonces hay mamás solas casadas, separadas, viudas, solteras, con pareja y sin pareja, con parejas estables o intermitentes, con intenciones y sin intenciones de encontrar un compañero, las que eligieron concientemente su situación y las que no...
Asimismo, pienso que la condición de mamás solas es una circunstancia, un "devenir", no un atributo que nos marque para siempre, como quizás sí el haber sido "madre soltera" puede marcar en algunos casos. Por lo tanto, en cualquier momento la situación de ser mamás solas en la crianza de los hijos, puede cambiar. Por cierto, tampoco esto sucederá de un día para otro, pero si así se desea, el primer paso creo que es reconocerlo de esa manera y dejar de pensar en nuestro estado como una condena, como un yugo que debemos cargar, en varios casos, supuestamente a causa de un tercero identificable.
Bueno, esto desde el punto de vista de las madres. Aparte queda el tema de los hijos, y creo que esto se tiende a mezclar mucho en un comienzo, cuando es más difícil distinguir dónde comienza el bebé y termina la madre, y hay tanta necesidad concreta (material y emocional) que requiere de una satisfacción inmediata y presente. En esas circunstancias nuestro "madre solitarismo" suele ser devastador. Por fortuna también la misma necesidad nos moviliza en la dirección opuesta: buscando los medios y caminos, pidiendo ayuda, o en el peor de los casos sublimando o suspendiendo tristezas, rabias y dolores.
No sé si me explico, pero quería compartirles estas ideas que me dan vueltas sobre el tema de ser mamás solas, que es el tema de este blog. Otra dimensión del asunto por cierto son las experiencias concretas y cómo se vive esto en el plano práctico y emocional. Y sobre esto quería dejarles fragmentos de un texto que encontré cuando inicié el trayecto que llevo hasta ahora como mamá sola de mi hija, del blog de una compatriota mía que entonces estaba embarazada y que hoy su hija tiene dos años y medio... (espero que mi amiga no se moleste...), que de vez en cuando vuelvo a leer y a pensar que describe tan bien, con tanta franqueza acerca de las partes difíciles de esto... Bueno, lean ustedes (si gustan, en este vínculo está el texto completo)

MADRE SOLterA
(...) Hoy en la universidad de tanto pensar y darle vueltas a este tema se me han puesto los ojos brillantes y casi me pongo a llorar ahí mismo, delante de mis compañeros de clases. Me levanté del grupo y me fui a sentar al fondo del aula silenciosamente, pero al mirar hacia adelante vi que varios lo notaron y se volteaban con expresión de pregunta.
Y es que madre soltera no es un estado civil sino que un estado social. Madre soltera no es aquella que no se ha casado antes de tener hijos, sino que en una cultura donde prácticamente la mitad de los nacimientos son fuera del matrimonio (especialmente en Chile), ser madre soltera realmente significa ser madre sola, sin pareja de ningún tipo, sin un progenitor que proclame y demuestre su orgullo cual Príncipe Felipe de Borbón, o que por lo menos se responsabilice por algo que hizo sin que nadie lo obligara.
(...) Los amigos y conocidos generalmente preguntan por el embarazo por cortesía, porque es obvio que es lo primero que hay que hacer, aunque realmente no les importe un pepino. Seguramente querrán saber cómo están los progenitores pero realmente no les interesa el no-nato. La familia me imagino que sí se preocupa por el vástago, por el ser que preservará el apellido y prolongará la existencia de genes relacionados por la tierra. Pero nuevamente el interés va primero por los padres y como consecuencia de eso por el hijo/a. Estos tipos de apoyo ayudan a continuar, sobre todo en casos como el de madres solas. Ayuda a no quedarse acostada llorando sin ganas de hacer nada. Envalentonan, por decirlo de alguna manera. Pero lo que realmente se necesita es el saber que para otra persona esto es igual de trascendental que para uno mismo. No puedo creer que existan personas que hagan caso omiso al hecho de que de un XX o XY, exactamente el 50% es propio!!
Estoy cansada de que me digan que soy tan valiente porque en realidad no lo soy. Qué hay de grande en aceptar que se metió la pata, seguir haciendo lo que hay que hacer, partir a donde se tiene que partir y seguir dándole no más, sin derecho a pataleo porque no hay otra alternativa?
(...) Trato de hacer como que nada pasa pero ya no puedo hacer la vista gorda. No hay nada concreto que me indique que las cosas mejorarán. Ya no quiero más incertidumbre, quiero algo palpable. No un trabajo con "posible" contrato temporal, no una posible recontratación en enero del próximo año, no un dinero ahorrado que tal vez me alcance, no una práctica que aún no sé si pueda hacer, no un Magíster que no es seguro que pueda obtener si no hago la práctica a tiempo, no un novio que tal vez pueda encontrar en unos años más, cuando conozca gente, cuando haya nacido Agus y esté lo suficientemente grande como para no ahuyentar prospectos, cuando baje de peso, tenga vida social y la que espante no sea yo. Además extraño sentir cariño.
(...) Trato de pensar en que no debo sentirme culpable por sentirme así, que es natural, que las hormonas, blah blah... pura teoría, pero en la práctica me angustio porque no quiero que Agus se sienta culpable y me imagino que termino empeorando la situación, como si a través de la placenta le transmitiera puras malas vibras que lo/a van intoxicando.
(...) A estas alturas ya debería hablarle, cantarle para que se acostumbre a mi voz. Pero no puedo. Cada vez que intento hacerlo me escucho y no me gusta como sueno, hueca, forzada. Y es que esto se supone que había que cantarlo a dúo...

3 opinaron:

Viviana dijo...

Guauuu... sin palabras...

Polilla dijo...

Fuerte. Lo siento como si lo hubiera escrito otra persona, reconozco y puedo recordar ciertas sensaciones, pero la verdad es que en la distancia y después del agua que ha pasado bajo el rio, me doy cuenta que lo mejor que puede haberme pasado (y a la mayoría de nosotras) es tener a nuestros tesoros. A veces pienso que, aunque me gustaría saber qué se siente pasar por esto acompañada para poder tener un punto de referencia para la comparación, al estar solas nos hemos llevado la mejor parte después de todo.
P
xxx

Viviana dijo...

Como tu dices Polilla, no hemos quedado con lo mejor...

El dia de mañana (u hoy) no tendremos ni remordimientos ni cargos de conciencia... solo felicidad y agradecimiento...