Tener un hijo sin estar casada en el reino alauí se convierte en un gran problema para la madre, que se enfrenta a una ley que pena hasta con un año de cárcel las relaciones fuera del matrimonio, a una familia que la repudiará y a una sociedad que automáticamente le dará la espalda.
Jalila es de las mayores. Tiene 23, pero algunas de sus compañeras parieron con sólo 14 ó 15 años. Su niño tiene dos meses. Su mirada perdida se inunda de lágrimas. Jalila sonríe cuando mira a su bebé, pero con una sonrisa amarga. "Mi pequeño está bien, es sano y estoy contenta por ello; pero también es un gran problema, no sé cómo voy a sobrevivir con él yo sola".
Su familia no lo sabe, pero ahora vive en el Instituto Nacional de Solidaridad con las Mujeres en Desamparo de Marruecos (Insaf). Jalila cometió el pecado de tener un hijo fuera del matrimonio en el reino alauí. "Mi novio perdió el trabajo, me abandonó y mi familia me repudió; mi hijo para ellos es una vergüenza".
Otras 20 mujeres dan sus primeros pasos como madres en el local del Insaf de Casablanca. "Nuestro objetivo principal es que no abandonen a sus hijos", cuenta Nabila Tbeur, la directora de esta asociación, que trabaja con otras 80 mujeres que no están albergadas con ellos. "Les damos asistencia jurídica y administrativa, además de ofrecerles cuidados médicos durante dos años".
En Marruecos las relaciones fuera del matrimonio pueden costar entre tres meses y un año de prisión firme. "Pero las mujeres no se enfrentan sólo a la ley, también son repudiadas por sus familias y la sociedad les da la espalda; son muy vulnerables", cuenta Tbeur.
Desde 1999 el Insaf se ocupa de jóvenes madres solteras hasta conseguir su reinserción. "No hay cifras oficiales, pero son miles", continúa. Y cita un estudio que se hizo en 2002 en Casablanca: "Entonces se contaron 7.000 madres solteras sólo en esta ciudad; pero sólo se tuvieron en cuenta a las que habían parido en maternidades y hay muchas que tienen a sus hijos en una casa". Su asociación prepara ahora un estudio nacional y esperan tener los resultados en septiembre.
"Es muy importante intentar que ganen confianza en ellas mismas" y que "aprendan un oficio para poder valerse luego por sí solas". En el Insaf imparten cursos de cocina, confección y peluquería. "Tratamos de prepararlas para el mercado laboral", dice Tbeur.
Responsabilidad paterna
Pero también las ponen en contacto con sus familias para intentar que se reconcilien y con el padre del niño, "para que se responsabilice de su hijo, lo que no siempre es factible".
El problema, cuenta la directora del Insaf, es que en Marruecos ni siquiera es obligatorio que los padres se sometan al test de ADN. "La ley no les obliga". Además, "la novia tendría que probar que mantenía una relación de noviazgo pública reconocida por sus familias, porque si no podría terminar en la cárcel por mantener relaciones fuera del matrimonio".
"En Túnez, si la madre señala a un hombre como padre de su hijo, el juez le obliga a someterse al test y si se niega, lo responsabiliza directamente; nos gustaría que Marruecos llegase a esa situación".
Tbeur repite incansable que las madres solteras en Marruecos son muy vulnerables. "Algunas además no han cumplido los 14 años, son muy jóvenes, unas niñas; el 14% de ellas son menores de 18 años" y han terminado embarazadas "por falsas promesas de matrimonio no asumidas". La mayoría, continúa, son analfabetas y "se encuentran de pronto solas en la vida y con un problema debajo del brazo".
Un "gran problema" en una sociedad patriarcal y tradicional marcada fuertemente por la religión. "Por eso muchas madres dan a sus hijos en adopción a otras mujeres a cambio de que les paguen simplemente las tasas de la maternidad", se lamenta Tbeur al tiempo que afirma que "muchas familias aprovechan la debilidad de las madres solteras para comprar niños en un mercado no oficial, clandestino".
"Ha habido muchos momentos en los que he pensado en abandonar a mi pequeño; para quitarme de encima todos los problemas que me ha acarreado", reconoce Jalila con tono de arrepentimiento. Sabe que saldrá adelante. "Sacaré de donde pueda fuerzas para mí y mi bebé, pero sé que también tendré que pagar un coste social". Jalila tiene un hijo pero no un padre. Todo un pecado.
Diario El Mundo
4 opinaron:
Ignorancia y leyes obsoletas. Que mala combinación.
Muy triste que en esta época sigan sociedades tan cerradas. Besos tía Elsa.
Q horros y q tristeza como lo dice "Tia Elsa" q todavçia hoy dia existan sociedades tan arraigadas a sus ilogicas leyes, y costumbres. Pero mas triste es ver q a un padre no se le pueda obligar a ser sometido al ADN para corroborar... Pobres de esas mujeres... Q son sometidos a castigos ilogicos y repudiadas por el maravilloso y divino hecho de dar vida...
Hola! pues felicitaciones por este blog, a mi me encanta ya que soy madre sola desde los 17 y las mamás como yo necesitamos este tipo de paginas, gracias!
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