Cada vez es más común ver como muchos niños son criados por sólo uno de sus progenitores, ya sea el padre o la madre.
Independientemente de si los padres se separaron, o si alguno sufrió un accidente o simplemente no quiso asumir su responsabilidad, el caso es que estos niños no son criados en el seno de una familia tradicional.
Si bien es cierto que el papel de estos padres solos puede ser complicada o exigente, no quiere decir necesariamente que sea una tragedia o que el niño va a crecer "mal".
Es innegable que si ambos padres están, pues el niño se sentirá más apoyado y no sentirá ausencia, culpa, angustia ni tampoco se verá afectado su desarrollo, al menos no por este motivo. Pero, lo que hay que tener claro es que los niños necesitan amor, autoridad y guía, así como un soporte emocional, y para esto a veces un padre es más que suficiente.
Cuando estas personas que crían a sus hijos por sí solos se refieren a que están haciendo de mamá y papá a la vez, es una sensación que esta persona tiene, pues claramente los roles del padre y la madre son diferentes, sin embargo es mejor no pretender sustituir a la persona faltante, sino ayudar al niño a comprender que puede ser feliz y que no es culpa de él que esta persona no esté.
Se trata al fin y al cabo de enseñar al niño a sobrellevar la falta de uno de sus progenitores, sin que esto implique una tragedia en su vida, o un trauma inmanejable.
El niño debe comprender que su familia es la mejor que tiene, aún cuando sea más pequeña que otras y que no debe sentir lástima de sí mismo. Por otro lado, el progenitor solitario debe ser consciente de su condición y no caer en excesos de protección o intervención en la vida de su hijo, ni tampoco querer que este hijo se dedique a él por el resto de su vida. Tampoco debe un padre solitario sentirse culpable o víctima de una situación inmanejable, porque ahí sí haría daño a su hijo, pues le transmitiría todos sus sentimientos de inseguridad.
Si se tienen claras las posiciones, el criar a un hijo sin la ayuda de una pareja, puede no sólo no ser un problema, sino incluso llegar a ser muy gratificante; es cuestión de mucha tranquilidad.
1 opinaron:
En mi caso personal, cuando me preguntaron qué haría cuando mi hija se cuestionara por qué ella no tenía papá como otros niños, me dí cuenta que, así como ella no tenía papá, hay otros niños que no tienen abuelos, o tíos, o hermanos, o primos... y son familias normales, y como tales hay que tomarlas. Ya cuendo sea más grande llegará el momento de explicarle las razones por las que su papá no está, pero cada cosa de a poco, a la medida de su crecimiento y capacidad de entendimiento. Lo importante no es cuan grande es nuestra familia, si no cuanto nos queremos y por sobre todo, cuanto la amamos a ella, el centro de nuestro universo.
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